Los placeres sencillos de la vida

Les "putaetes" es la denominación que se da en Valencia a los pequeños manjares que se degustan en nuestra fructifera y variopinta tierra. Somos miles los gourmets que adoramos estos pequeños trozos de placer y que cada vez más buscamos de manera incesante para llenar nuestro ego culinario.

domingo, 22 de enero de 2012

Mermeladas artesanales

Quien no recuerda las mermeladas que hacía nuestra abuela con las frutas que sobraban en la temporada? Esos dulces manjares que paladeábamos sin ningún miramiento. Por desgracia, los tiempos que corren no son propicios para placeres con alto contenido en azúcar, y todo ello por las estrictas dietas que nos recomiendan para nuestra salud. Pero no hay que privarse de ellos, ya que todo en su justa medida es bueno y más si lo sabemos disfrutar.

Hace tiempo que estoy siguiendo unas mermeladas artesanas que se hacen en la población de Altura, en una pequeña fábrica familiar que sigue los procesos tradicionales. Se llama la Cartuja de Vall de Cristi y tiene una extensísima variedad de mermeladas y otros productos análogos como membrillos y turrones.



Estos artesanos comandados por la incansable Sacri, han sabido adecuar sus productos tradicionales a los nuevos tiempos de la cocina española. No solo hacen la clásica mermelada de fresa o los membrillos, sino que han sabido buscar los sabores más originales y que puedan maridarse con excelentes platos. Desde una mermelada de boletus a la trufa negra, hasta mermeladas de mango al jengibre o de castañas a la vainilla.

También están innovando con la nueva moda de la cocina que son las gelée, para acompañar un buen foie o una selecta carne. Puedes seleccionar desde la de pétalos de rosas de Alejandría hasta su última creación que es de romero de la Sierra Espadán.



Y si se quieren probar, se puede comprar desde comercios del centro de Valencia, como el horno de la calle Comedias, hasta en internet en www.universogourmet.com, pasando por las cooperativas agrícolas de la zona como la se San Isidro de Segorbe o la de Altura.



Todo un acierto de saber combinar la tradición con las necesidades y usos del mercado.

Les recomiendo encarecidamente que las prueben.


sábado, 7 de enero de 2012

Gastronomía insólita valenciana

En estas vacaciones navideñas, un día de esos festivos que te lo pasas en el sofá de casa, aburrido y de cara a la televisión haciendo zaping, descubrí un programa curioso llamado “gastronomía insólita”.

El citado programa se basaba en las experiencias culinarias de un tipo curioso que se dedica a comerse las cosas más raras que le puedan echar a la cara. Y no es que se va de restaurantes por el Soho de Londres o de bistrot por el barrio latino de París, al hombre se lo llevan por los países con gastronomía más opuesta a la conocida como comida continental.

Y viendo ese curioso programa me hice una pregunta: No somos los valencianos unos gourmets insólitos también? No tenemos platos que pueden repudiar a cualquiera que no esté criado en nuestra cultura y tradición?.


Si nos paramos a pensar, en nuestra cultura culinaria mediterránea, y más en concreto la española, tenemos deliciosos platos que asquean a cualquier británico, alemán o hermano europeo nórdico que no esté acostumbrado a nuestra cultura. Quien no ha comido nunca turmas de toro? (creo que no es necesario explicar lo que son), o un delicioso conejo al ajillo? o el archiconocido morro de cerdo, con sus pelitos incluidos? Pues lo dicho, platos que podrían escandalizar a cualquier socio europeo que resida lejos del mediterráneo.


Pero la gastronomía valenciana, tiene ciertos platos tradicionales que pueden ser incluso más repulsivos que los antes nombrados. Que tenemos que decir del “all i pebre”, caracoles en todo tipo de condimentos, “sang amb seba”, etc..



La verdad, se me empieza a hacer la boca agua de pensar en un buen all i pebre hecho con un caldero de hierro colado como se hacía tradicionalmente, a fuego con leña de naranjo; o esa sang amb seba con cebollita bien rehogadita, su hojita de laurel y sus piñones tostaditos; y que decir de los caracoles, cocinados de mil maneras, propios para escribir un blog sólo para ellos.


 
Nos hemos criado en una cultura culinaria muy variada gracias a los miles de productos que nos da nuestra fructífera tierra. Tenemos desde las más sabrosas frutas y verduras, hasta los mejores mariscos y pescados, pasando por buenas carnes. Esto nos ha proporcionado gran variedad de platos de toda índole que hemos sabido condimentar con acierto.


Entiendo humildemente que estos son los tres platos paradigmáticos de la cocina “insólita” valenciana, por su tradición, paradigma y sobretodo por su exquisitez. No por ello debemos dejar atrás otros platos que podrían entrar en la misma cocina insólita como la “lleterola”, “les caixetes”, y un extensísimo ect que nos proporciona la rica y nutrida cocina valenciana.


Dense un homenaje estos días…